Imagine por un momento a una pequeña empresa canaria. Pongamos como ejemplo un restaurante familiar en Fuerteventura que, como tantos otros, lucha cada día por mantenerse competitivo en un mercado cada vez más exigente. Su gerente dedica horas a buscar nuevas formas de atraer clientes, mejorar la atención, innovar en la carta y cumplir con todas las normativas. Entre tantas obligaciones, surge inevitablemente una pregunta:
¿Cómo puede formar a su equipo sin que eso suponga un gasto extra que la empresa no pueda asumir? La respuesta existe, es real y está al alcance de cualquier pyme: se llama Formación Programada (antes conocida como formación bonificada).
¿Qué es la Formación Programada?
La Formación Programada es un sistema que permite a las empresas formar a sus trabajadores sin coste directo, aprovechando los créditos formativos que se generan a través de las cotizaciones a la Seguridad Social. En otras palabras, cada empresa dispone de un saldo anual para invertir en capacitación, y si no lo utiliza antes del 31 de diciembre… lo pierde.
Este mecanismo convierte la formación en una oportunidad estratégica: cualquier pyme, ya sea de hostelería, comercio o servicios, puede actualizar las competencias de su plantilla, mejorar la calidad del servicio y aumentar su competitividad. Todo ello sin impactar negativamente en su tesorería.
En el caso de nuestro restaurante ficticio de Fuerteventura, esto significa que puede capacitar a su personal en atención al cliente, idiomas, manipulación de alimentos o marketing digital sin que suponga un gasto añadido. Una inversión en conocimiento que, a la larga, se transforma en satisfacción del cliente y fidelización.
Ventajas para las empresas con la Formación Programada
La Formación Programada ofrece beneficios claros y medibles:
- Sin coste adicional: se financia con los créditos de formación de cada empresa.
- Formación adaptada: los cursos se ajustan a las necesidades específicas de cada sector. No es lo mismo lo que requiere un restaurante que una tienda de ropa o una empresa de servicios.
- Aumento de la productividad: empleados mejor preparados trabajan de manera más eficiente y resuelven mejor las situaciones del día a día.
- Cumplimiento normativo: en sectores regulados, como la hostelería o la seguridad alimentaria, la formación continua no solo es recomendable, sino obligatoria.
- Retorno inmediato: lo que hoy se traduce en formación, mañana se refleja en mejores resultados, tanto en la experiencia del cliente como en la rentabilidad de la empresa.
En definitiva, se trata de un recurso que ya está pagado y que, bien utilizado, puede marcar la diferencia entre estancarse o crecer.
📊 ¿Quién puede beneficiarse?
La gran ventaja de este sistema es su accesibilidad:
- Todas las empresas que tengan trabajadores en plantilla y coticen por formación profesional.
- Desde un pequeño comercio con dos empleados hasta una empresa mediana con veinte trabajadores.
- Incluso los autónomos con personal contratado tienen derecho a estos créditos.
Es decir, no importa el tamaño de la empresa: lo importante es no dejar escapar una herramienta que está pensada precisamente para ayudar a las pymes a mejorar su competitividad.
¿Cómo le ayuda TXPRAZA?
Aquí es donde entramos nosotros. En TXPRAZA nos encargamos de que el proceso sea sencillo y sin complicaciones para usted. Sabemos que el tiempo de los empresarios y autónomos es oro, por eso ofrecemos un servicio integral que incluye:
- Consulta y cálculo de los créditos de formación disponibles en su empresa.
- Diseño de un plan de formación adaptado a su sector, con cursos prácticos y útiles para su equipo.
- Gestión de toda la documentación y trámites necesarios ante FUNDAE (Fundación Estatal para la Formación en el Empleo).
- Acompañamiento durante la ejecución de la formación y apoyo en la fase de justificación.
En otras palabras: usted se centra en hacer crecer su negocio, mientras nosotros nos ocupamos de que su equipo reciba la formación necesaria sin coste adicional.
Formación como inversión, no como gasto
En tiempos de cambios constantes, la formación ya no es un lujo: es una necesidad estratégica. El consumidor actual es más exigente, busca calidad, innovación y un trato excelente. Las empresas que no invierten en el desarrollo de su equipo corren el riesgo de quedarse atrás.
Por eso, la Formación Programada es mucho más que un trámite administrativo: es una herramienta para crecer, fidelizar clientes y consolidar una ventaja competitiva.
Si lo piensa bien, el conocimiento adquirido por un trabajador se queda en la empresa, se multiplica y se refleja en cada interacción con los clientes. Es un recurso que genera valor a corto, medio y largo plazo.
Infórmese ahora y no deje que sus créditos de formación se pierdan.
⏳ Recuerde: el plazo finaliza el 31 de diciembre.
💼 Invierta en su equipo, fortalezca su empresa.
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